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Bravucones: ¿Eres tú un bravucón?

¿Eres un bravucón y no lo sabes? Tal vez sepas que eres un bravucón, ¿pero no sabes cómo cambiar esa costumbre? ¡No te preocupes! ¡Aquí está la ayuda!

¿Cómo saber si eres o has sido un bravucón? Hazte estas preguntas:

¿Te sientes mejor cuando lastimas a alguien o tomas sus cosas?
¿Eres más grande y fuerte que los de tu edad? ¿A veces usas tu tamaño y fuerza para conseguir lo que quieres?
¿Sufriste las bravatas de alguien en el pasado y sientes como si tuvieras que compensar haciendo sufrir de la misma manera a otros?
¿Evitas pensar en lo que sufren los demás cuando les dices o les haces cosas que los lastiman?

Si has sido un bravucón con otros, piensa por qué. Piensa en lo que sentías o en cómo te sentías en ese momento. Piensa en cómo te sentías después.

¿Cómo puedes dejar de ser un bravucón?

Presenta tus disculpas a quienes hayas hecho bravatas y luego sé cordial con ellos. Posiblemente no te creerán de inmediato, pero con el tiempo verán que eres sincero.
Si te cuesta dificultad sentirte bien contigo misma, examina diferentes maneras de elevar tu autoestima. Aficiónate a un nuevo pasatiempo, haz trabajo voluntario o practica algún deporte.
Si sientes que te cuesta trabajo controlar tus sentimientos, especialmente el mal genio, habla sobre ello con un consejero de la escuela.

Hay muchas razones para dejar el hábito de ser bravucón. Muchos bravucones se convierten en adultos que le hacen bravatas a su familia, amigos y compañeros de trabajo, lo cual les causa toda clase de problemas en sus relaciones y en sus profesiones. Es difícil pensar en el futuro cuando estás sintiendo algo aquí y ahora, pero tómate un momento para ver de qué manera tu comportamiento está sentando las bases para algo muy negativo.