Vuelves a soñar, firmas autógrafos para los fanáticos que te adoran. ¡Oye! ¿No se parece un poco a tu mamá esa fanática tuya? ¡Aj! ¡Es tu mamá!
Te está sacudiendo rudamente para sacarte de tu sueño y no parece estar contenta. —perdiste el autobús —dice—. Me va a tocar llevarte en el auto a tu escuela.
Saltas a la ducha, que está helada, gracias a tu hermano quien ha acaparado toda el agua caliente. Prometes desquitarte.

Envía esta página a un amigo