acerca, Christian decide superar el miedo a las fracciones y va a clases particulares de matemáticas después de la escuela todos los días por dos semanas seguidas. Cada noche después de la cena, en lugar de mirar la televisión o jugar PS2 con su hermano, él estudia con intensidad.
Cuando llega el día del examen, Christian se siente listo. Se sienta en clase con su afilado lápiz No. 2, esperando a que la maestra reparta el examen, cuando se da cuenta que Jessica, que está sentada junto a él, escribe rápidamente unos números en una hoja de papel pequeña. ¡Está haciendo un acordeón! Jessica guarda el acordeón en su bolsillo. Durante todo el examen, Christian ve que ella mira continuamente la hoja para ver las respuestas… y ¡la maestra nunca lo nota!
Cuando se termina el tiempo, Jessica entrega el examen y sale del salón, saliéndose completamente con la suya. Christian cree que le fue bien en el examen pero sabe que Jessica probablemente sacará una mejor nota que él. ¡No es justo!, piensa para sí cuando sale del salón de clases sin decirle una palabra a la maestra.