Digamos que has tenido un dolor de garganta por varias semanas. Has hecho todo lo que puedes para liberarte del dolor: medicinas, pastillas, vitamina C y hasta sopa de pollo. Todas estas cosas hacen que tu garganta se sienta mejor por un corto período de tiempo, pero el dolor siempre regresa. Finalmente decides que es el momento de ir al médico. Descubres que tienes amigdalitis y que ¡eso te está causando el dolor de garganta! Si te operan de las amígdalas el dolor de garganta desaparecerá para siempre.
El enojo es bastante como eso. Es magnífico encontrar maneras saludables y positivas de manejar los sentimientos de enojo, pero a veces en verdad necesitas llegar a la raíz del problema. No existe la manera de librarnos de todo lo que nos enoja, pero podemos manejar los asuntos uno a la vez y tratar de resolver problemas concretos de tal manera que no nos vuelvan a enojar.
Encuéntrala y arréglala
¿Cuál es la causa de tu enojo? Si puedes identificar qué es lo que exactamente te hace enojar y luego te esfuerzas para arreglarlo, puedes descubrir que te enojas mucho menos.
- ¿Estás enojado por haber reprobado una prueba en la escuela? En cambio de ceder a tus sentimientos, tal vez sea tiempo de buscar alguna ayuda en la materia para que te vaya mejor la próxima vez.
- Trata de hablarle a uno de los padres para que organicen un «tiempo de soledad» cuando puedas tener vida privada.
- ¿Estás enojado porque tus amigos te excluyen de algunas cosas? Trata de hablarles acerca de cómo te hace sentir esto. Si ellos no pueden ser comprensivos acerca de tus sentimientos, entonces tal vez es tiempo de buscar nuevos amigos.
Resolución de conflictos
A menudo el enojo lo causan los conflictos (un altercado o pelea por algo) con otra persona o grupo de personas. A veces los conflictos son difíciles porque cambiar nuestro comportamiento no es la única cosa que se necesita que suceda: se necesita que alguien más cambie también su comportamiento.
En cambio de gritar y dar alaridos o de tener una pelea, existen maneras de resolver un altercado calmadamente, y a esto se le llama resolución de conflictos.
La resolución de conflictos considera la solución de los conflictos entre dos o más personas o grupos en un ambiente donde las expresiones negativas o destructivas del enojo no están permitidas.
Casi todos los programas de resoluciones de conflictos incluyen a un conciliador, alguien que es neutral y no tiene lealtad con ninguna de las partes en conflicto. El trabajo de un conciliador consiste en escuchar a ambos lados del asunto y tratar de asegurarse de que la discusión es acerca de los hechos y no acerca de las emociones. Con la ayuda del conciliador, las dos partes de un alegato pueden a menudo calmarse y empezar a trabajar en un plan que pueda satisfacerlos. Una vez se llega a una solución, desaparece una gran cantidad de enojo y resentimiento.
Muchas escuelas entrenan conciliadores entre los compañeros. Estos son jóvenes de tu edad que sobresalen en la ayuda que dan a otros jóvenes para que hablen acerca de sus conflictos y encuentren soluciones.
Pregúntale a tu maestro, consejero o director si tu escuela tiene un programa para la resolución de conflictos. Si no lo tiene, puedes proponer empezar uno.
Acepta lo que no puedas cambiar
Aun cuando comprendas exactamente qué es lo que te hace enojar, podríamos no ser capaces de hacer algo para arreglarlo. Muchas cosas en la vida están más allá de nuestro control, y cuando nos enojamos por estas cosas, puede ser especialmente difícil superar nuestros sentimientos de enfado. He aquí algunos ejemplos:
- Tus padres se mudan y tú tendrás que empezar en una nueva escuela.
- Tu concursante favorito en un programa de televisión de la vida real es eliminado.
- La tienda de videos a vendido el videojuego que tú querías.
- Te da gripa y no puedes cantar en el concierto de la escuela.
- El auto está atascado en el tráfico y vas a llegar tarde a la fiesta de una amiga.
Ningún esfuerzo para solucionar los problemas va a arreglar situaciones como estas. Enojarse no ayudará y probablemente va a empeorar las cosas. Depende de nosotros el encontrar maneras de superar los sentimientos de enojo y el aceptar que hay muchas cosas en el mundo que sencillamente están fuera de nuestras manos. En estos momentos, debemos esforzarnos para sobrellevar el enojo.
Manejar nuestros propios enojos es ya bastante difícil. Demos un vistazo a cómo manejar La ira de otras personas.
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