Sin embargo, tal como sucede con otras peleas, lo primero que hay que hacer es pensar en lo que está sucediendo. ¿Hay dos personas nada más en el centro de la pelea, y el resto se sumó? ¿Se trata de dos o más amigos que se unen contra alguien? ¿Es una pelea que te afecta directamente o sólo participas en ella porque alguien esperaba que eligieras un bando?
A pesar de que a veces es difícil resistir la presión, trata de no meterte en una pelea de grupos sólo porque estén tus amigos. Si puedes, deja en claro para todos que te niegas a tomar partido… y quizás puedas ser el que anime a los demás para que empiecen a resolver las cosas.
Si tú mismo te encuentras en el centro de una pelea de grupos, te corresponde empezar el proceso que la termine. Averigua quién más está en el centro, pasa algún tiempo a solas con él y conversen.
Cuando una pelea de grupos se sigue alargando, es el momento de involucrar a un consejero, a un maestro o a otro adulto en quien confíen. Esto no quiere decir que todos estén «en problemas». La mayoría de los adultos preferirán ayudar a resolver el problema a sólo dar castigos. Su consejero escolar tiene mucha experiencia en ayudar a grupos de niños con sus peleas, y puede establecer una «mediación» (mediación significa encontrar una solución o llegar a un compromiso) para todos.
¡Después de todo esto es de esperar que Felizmente, tú y tu amigo (o amigos) estén listos para Reconciliarse y seguir adelante!
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